El ave que ayer voló,
presagiando tu partida,
era gaviota perdida,
como perdido es tu amor.
El ave que ayer voló,
presagiando tu partida,
era gaviota perdida,
como perdido es tu amor.
Tu amor que fue
el agüita de mi calor,
el azúcar de mi café,
el consuelo de mi dolor;
tu amor que fue
la salida del mismo Sol,
la frutica de más dulzor,
el jardín de mi florecer.
Tu amor que fue
el agüita de mi calor,
el azúcar de mi café,
el consuelo de mi dolor;
tu amor que fue
la salida del mismo Sol,
la frutica de más dulzor,
el jardín de mi florecer.
El ave que ayer voló,
presagiando tu partida,
era gaviota perdida,
como perdido es tu amor.
El ave que ayer voló,
lamentando de su herida,
era gaviota perdida,
como perdido es tu amor.
Tu amor que fue
el agüita de mi calor,
el azúcar de mi café,
el consuelo de mi dolor;
tu amor que fue
la salida del mismo Sol,
la frutica de más dulzor,
el jardín de mi florecer.
Tu amor que fue
el agüita de mi calor,
el azúcar de mi café,
el consuelo de mi dolor;
tu amor que fue
la salida del mismo Sol,
la frutica de más dulzor,
el jardín de mi florecer.
Cuatro y contrabajo:
Jesús “Pingüino” González.
Maracas:
Juan Cruz Iriza.