Anoche se reflejaba la luna
sobre el espejo de la laguna
y me hizo acordar de una ilusión
que llevo en el corazón.
Anoche se reflejaba la luna
sobre el espejo de la laguna
y me hizo acordar de una ilusión
que llevo en el corazón, cual ninguna.
Cual la tuna del limón,
se clavó en mi corazón,
y me dejó sin ilusión,
sin amor y sin fortuna.
Cual la tuna del limón,
se clavó en mi corazón,
y me dejó sin ilusión,
sin amor y sin fortuna.
Debajo de un limonero en flor,
no se me olvida el “Te quiero, amor”.
Debajo de un limonero en flor,
no se me olvida el “Te quiero, amor”.
Aunque debiera olvidarte,
porque ya pasó la floración,
y se le cae de la mata,
acidito, el juguito ‘e limón;
gota a gota, va cayendo
y ardiendo en mi corazón;
gota a gota, va cayendo
y ardiendo en mi corazón.
Anoche, mientras pasaba el desvelo,
pintaba en el azul de tu cielo
con tinta de mi corazón
un cuadro de ilusión.
Anoche, mientras pasaba el desvelo,
pintaba en el azul de tu cielo
con tinta de mi corazón
un cuadro de ilusión y de anhelo.
Acidito es el sabor,
como néctar del amor,
que está escondido en una flor
de un limonero en celo.
Acidito es el sabor,
como néctar del amor,
que está escondido en una flor
de un limonero en celo.
Debajo de un limonero en flor,
no se me olvida el “Te quiero, amor”.
Debajo de un limonero en flor,
no se me olvida el “Te quiero, amor”.
Aunque debiera olvidarte,
porque ya pasó la floración,
y se le cae de la mata,
acidito, el juguito ‘e limón;
gota a gota, va cayendo
y ardiendo en mi corazón;
gota a gota, va cayendo
y ardiendo en mi
corazón.
Voces:
Ayatimas Brito y Fabiola Socas.
Cuatro:
Jesús “Pingüino” González.
Tambora y maracas:
Juan Cruz Iriza.
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Foto: Cumpleaños de mi prima Beatriz.